Los Cuentos fórmicos son una alegoría y un reflejo de nuestra sociedad. Los comencé a escribir en el año 2005 tras un despido improcedente y como una forma -la mejor que conozco- para superar ese revés laboral por “no dar el perfil”. Una auténtica auto-terapia de shock.
Como una avezada y autodidacta aprendiz de entomóloga, investigué el mundo de las hormigas (formica en latín, asignatura que estudié en bachiller, además de griego) y me documenté exhaustivamente sobre todo lo relativo a los insectos - personajes de mis cuentos.
Los acabé el día 11 de Noviembre del 2011 (11/11/11, el once me persigue). A lo largo de varios años he ido añadiendo “formisodios” en los que, sin duda, aparecen no sólo vivencias personales y autobiográficas camufladas sino también situaciones ajenas extremas y críticas, una panorámica socio-económica precaria, una política indignante y unas circunstancias en esta colonia u hormiguero global que, por desgracia, han mejorado poco o nada en la actualidad.
Las protagonistas son las hormigas, pero no sólo ellas zigzaguean en los cuentos fórmicos de principio a fin. Las cigarras, las abejas, los escarabajos (buenos y malos) y las luciérnagatas (hiperesdrújulas ellas) irrumpen en algunos formisodios como auténticos personajes que interpretan papeles que alternan protagonismo y antagonismo. Eso sí, se presentan antropomorfizados pero sin maquillar para hacerlos verosímiles. Disculpad la ironía, a algunas hormigas obreras humanas las obligan a acicalarse por convenio.
Leyendo mis cuentos, como si de fábulas o de parábolas se trataran, obtendrás una moraleja. Pero extraerla ya es trabajo de las lectoras o lectores cuando les dediquen el tiempo y la atención necesarias.
Feliz ágape de luz. Feliz festín vital.
Título: Cuentos fórmicos
Autora: Celia Estévez Lozano
Ilustración y diseño de portada: Mauricio Maggiorini
Maquetación: Passepartout Agencia editorial, S.L.
Edición Digital 2013
978-84-940943-8-5
Cuentos fórmicos completos